sábado, 9 de julio de 2011

89 minutos sin fallas

Sebastián Coates debutó en un partido por los puntos y rindió a gran nivel. Demostró todas las condiciones que lo llevaron a la selección. Anuló a Suazo y por su único error recibió la amarilla.


Los que no juegan suelen ser los mejores. Es una máxima de los hinchas en cualquier deporte de equipo, pero a la que ayer Sebastián Coates validó con un desempeño prácticamente impecable.
Hace largo rato que sus actuaciones en Nacional habían abierto los ojos de los hinchas celestes y Óscar Tabárez le dio la oportunidad de confirmar esa fe dentro de la cancha. El lungo zaguero la aprovechó.
Jugando como líbero, ubicado en la línea de tres entre Diego Lugano y Martín Cáceres, Coates demostró que las enormes condiciones que lo han convertido en uno de los mejores jugadores -sino el mejor- del medio local.
Aprovechando su envergadura, el central negó las triangulaciones por el medio que intentó Chile, así como también anticipó los avances individuales de Suazo y Jiménez.
Al "Chupete" lo privó de una clara posibilidad de gol a los 36 minutos, cuando el delantero quedaba solo de frente al arco, y a Alexis Sánchez lo maniató, persiguiéndolo lejos y robándole un balón que terminó en falta chilena.
Dentro de todo lo bueno que hizo en esos primeros 45 minutos, el zaguero pudo terminar siendo protagonista de un blooper increíble, cuando un potente despeje suyo impactó contra el cuerpo de Isla y casi termina en gol chileno. El travesaño lo evitó.
En el complemento, con Uruguay ya en línea de cuatro, Coates mantuvo el nivel en defensa (cortó un pase que dejaba solo a Suazo) y estuvo cerca de marcar (para ser justos, se llevó la pelota puesta).
En el gol llegó tarde a una rotación exigente luego del fallo del "Mono" Pereira y, en su único error grosero, "bajó" a Valdivia al borde del área. Fue amarilla y un tiro libre peligroso que Chile desperdició.
Así, fueron 89 minutos tan buenos como todos esperaban. Y quedan más por venir.

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