martes, 20 de julio de 2010

¿Por que ser um poco de Uruguay?


Porque, cuando era niño, he visto jugar, como un Imperador del grande área lo mejor defensor de la historia del fútbol mundial, Don Dario Pereyra, un dios de la garra y también jugador refinado, que salia con la pelota colada a sus piés. Y como olvidar sus cabezazos que parecian tiros de pelotón de fusilamiento? Y como olvidar, cosa rara en se tratando de hombres del fútbol, su elegancia, educación y postura de nobre hidalgo fuera de las canchas? Y como olvidar los dos primeros títulos brasileños que tuve Dario como un de los grandes líderes de mi São Paulo F.C.? Dario era todo un deportista, campeón, hombre y carácter incomparable.

Porque, años y años después, llegó otro dios, Diego Lugano. Un dios que sufrió demás porque llegó y fue dejado de fuera, ni siquiera sentabase en el banco de suplentes.

Pero Lugano, monstruo de voluntad, empezó a entrenarse solo, pateando la pelota contra un muro, saltando, dando cabezazos.

Una determinación tan grande que conmovió lo entrenador de entonces (se no me traiciona la memoria, el chileno Roberto Rojas, ello mismo, lo ex-arquero), que acabó dando una oportunidad que Lugano no dejaria jamás pasar.

Después? Lugano se tornó un imortal al conducir, junto del arquero Rogério Ceni, mi São Paulo a inúmeras conquistas (Paulistra, Copa Libertadores y Mundial).

Porque antes de ellos mi papá contabame, emoción en las palabras, de la genialidad de Pedro Rocha y de la increíble pasión y coraje de Pablo Forlán, que también defenderan, con amor, esa camiseta mágica, blanca, roja y negra.

Porque nadie jugó con más pasión que Forlán, Suarez, Arévalo, Fucile, Lugano, Cavani, Pérez, Godín, entre otros, en Sudáfrica 2010.

Porque este no es apenas un país, es un estado de espírito que no se rinde. Contra lo aumento de la pobreza, contra lo envejecimiento de la populación, contra los predios antiguos (pero bellos, sencillos!), contra la economia sufrida, los uruguayos golpean sus problemas con esa alma y corazón charrua que no cabe dentro de sus pechos de heroes.

Heroes tan llenos de dignidad, amistad y respecto.
Heroes por combatiren con sus más bellos valores antiguos ese alienante y opresor culto a la modernidad y globalización que va comiendo los otros países.

Encuanto los uruguayos seguiren abrindo sus puertas y ventanas para charlar y compartir su mate mágico y cúmplice; encuanto proseguiren en la arte de convivir y dejar libre de la especulación imobiliária las orillas (orla?) de ese maravilloso Rio de la Plata, el sueño celeste seguirá vivo.

Lo sueño de no entregar su mayor riqueza: la simplicidad de vivir como en lo pasado. Un pasado bueno. Porque la modernidad no es un paraíso, nunca fué. Paraíso es apenas para los poderosos y multinacionales que dirigen el mundo.

Cuarto lugar en el Mundial, que grandeza!, aun más si Francia, Brasil, Italia y otros poderosos quedaranse en el camino, para trás.

Cuarto lugar con esa inolvidable y valiente Celeste de 2010. Una constelación de hombres extraordinários.

Celeste. El cielo más humano de este Mundial. Y un ejemplo de que todo es posible cuando se tiene ganas, muchas, muchas ganas.

* Perdón, hermanos, por mi castellano pobre y lleno de errores.
Gracias por sus comentários tan bonitos.

Texto de Zé Augusto De Aguiar, periodista brasileño de Pão na chapa


Extraido de : WWW.SELECCIONURUGUAYADEFUTBOL.COM 

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