
El jardín de la casa de Tabárez es una belleza. Y es obra suya. Cuando llegaron al lugar en el 2003 el jardín tenía solamente dos árboles: un timbó y un olmo. Hoy está plagado de plantas, flores y arbustos que el técnico cuida con esmero. Y cada una de ellos tiene su historia. Aunque la tarea de jardinería no es recomendable para su columna, le hace muy bien a su mente y su espíritu. Fue su cable a tierra durante los cuatro años sabáticos, como él llama al tiempo que estuvo sin dirigir. Es autodidacta en el asunto, pero suele leer mucho al respecto. En cierta oportunidad le pidió a Edinson Cavani que le trajera de Italia determinado libro. Al delantero y a su mujer les dio mucho trabajo encontrarlo, pero al final lo hallaron en un pequeño supermercado. No podía quedar mal con el DT.
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